Los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte se preguntaron por qué los bebés amamantados de madres con VIH no suelen estar infectados por el virus.
Experimento
Para averiguar la razón del fenómeno, a modelos de ‘ratones humanizados’, reconstituidos para que sean susceptibles a enfermedades humanas como el sida, se les administró por vía oral el VIH mezclado con la leche de madres (humanas) sanas, y “el 100% de los animales no se infectaron”, reveló el autor principal del estudio, el mexicano J. Víctor García.Por otra parte, cuando a los ratones se les administró solamente el virus sin ser mezclado con la leche materna, los animales enfermaron.
Capacidades desconocidas
Según García, este estudio, publicado en la revista ‘Public Library of Science Pathogens’, “proporciona una información muy valiosa sobre la asombrosa capacidad de la leche materna para destruir el virus, y prevenir su transmisión".El investigador añade que el estudio "también proporciona nuevas pistas para el aislamiento de productos naturales, que podrían ser utilizados para combatir el virus"."Comprender cómo se transmite el VIH a los lactantes y los niños, a pesar de los efectos protectores de la leche, nos ayudará a cerrar una de las puertas importantes para la propagación del sida", concluye el experto.