Cuando el dedo electrónico toca un material, su piel empieza a vibrar. El tipo de vibraciones depende de la textura y es registrado por el hidrófono. El sensor también es capaz de definir dónde y en qué dirección se aplica la fuerza y distinguir la temperatura del objeto.
En el marco del experimento, el robot tocó 117 materiales diferentes. En cada caso necesitó menos de 5 movimientos. La exactitud de su diagnóstico fue de un 95%. Tuvo demoras solo cuando se trató de texturas muy parecidas. Cabe mencionar que los voluntarios humanos que se sometieron a la misma prueba en esos casos no pudieron distinguir que se trataba de materiales diferentes.
Según los diseñadores, su invención puede contribuir a crear prótesis de nueva generación, dispositivos para comprobar la calidad de las mercancías y robots que servirán de asistentes en rutinas domésticas.