“Nunca antes nadie intentaba comparar los mecanismos de la activación de estos dos sentimientos”, dice Jim Phaus, profesor de psicología de la Universidad de Concordia
y uno de los miembros del grupo de investigación. Según el estudio, resulta que el amor y el deseo sexual se activan en diferentes zonas del cerebro, aunque ligadas entre sí.
Para componer el ‘mapa del amor y del sexo’, Phaus y sus colegas de EE. UU. y Suecia, analizaron los resultados de 20 investigaciones que intentaban calibrar la actividad cerebral de personas a quienes les mostraban imágenes eróticas y fotos de sus allegados.
Los científicos descubrieron que dos zonas del cerebro son responsables de la trancision del deseo sexual al amor. El amor y el deseo sexual son activadas por diferentes partes del cerebro. La parte del cerebro que se moviliza por el deseo sexual ‘se despierta’ tras la influencia de cosas agradables como el sexo o la comida, mientras que la zona del cerebro que se moviliza por el amor depende de cosas como la gratificación o el placer, que tienen un valor innato.
Los científicos se sorprendieron cuando vieron que la parte del cerebro vinculada al amor, tiene que ver con la adicción a las drogas.
"De hecho, el amor es una costumbre que surge una vez el deseo sexual está satisfecho. En este caso funciona el mismo esquema que en la adicción a las drogas", explica Phaus.