Para probar su teoría, los profesionales crearon un moái de 5 toneladas de peso, unas 85 toneladas más liviano que los reales, que logró 'caminar'. Con la ayuda de unas 18 personas, sólo tres cuerdas y un poco de práctica, la estatua se desplazó varios cientos de metros.
Su experimento corrobora la teoría del científico checo Pavel Pave, que en 1986 la quiso llevar a la práctica, aunque su estatua no logró andar sin dañarse.
Otras teorías sobre del movimiento de las estatuas sostienen que los pascuenses trasladaron los moáis arrastrándolos o bien creando una suerte de trineos con troncos de árboles.