Al analizar diferentes estudios sobre el tema, los investigadores han llegado a la conclusión de que los bajos niveles de la enzima monoamino oxidasa A (MAO A) provocan la reacción agresiva no controlada debido al estrés. Los especialistas realizaron un experimento con ratas, produciendo en ellas una ira excesiva tras causar la deficiencia de la enzima y someterlas a situaciones estresantes.
Tras el experimento los científicos determinaron que la falta de la enzima producía en ciertas partes de la corteza prefrontal una estimulación eléctrica que iba en aumento. Como resultado los roedores mostraban un comportamiento extremadamente agresivo. Sin embargo, cuando los médicos bloquearon estas partes del cerebro, la agresividad desapareció.
La investigación abre nuevos caminos para el tratamiento de la agresividad excesiva, la cual es un síntoma de muchos desórdenes mentales, como la enfermedad de Alzheimer, el autismo, el trastorno bipolar y la esquizofrenia. Sin embargo, actualmente los expertos examinan los posibles efectos secundarios del bloqueo de estas zonas cerebrales.