Con la ayuda de la sonda Cassini de la NASA, que orbita Saturno desde 2004, los investigadores lograron medir y analizar la forma de la luna en distintos lugares de su órbita.
Concluyeron que Titán se expande o se contrae según su posición en dicha órbita, lo que evidenciaría que la fuerza gravitacional del planeta desplaza un océano de agua bajo su superficie helada.
De acuerdo con los autores del estudio, publicado esta semana en la revista Science, si el interior de esta luna lo constituyeran sólo rocas y hielo no se producirían estas deformaciones.
"La medición es bastante concluyente sobre la existencia de un océano interior", explicó el investigador principal, Luciano Less, quien indicó que la presencia de agua no implica necesariamente la existencia de vida.
"Sin embargo, Titán tiene muchos ingredientes interesantes: hidrocarburos, un ciclo hidrológico y una espesa atmósfera", agregó.
Aunque una reciente investigación advirtió que en la superficie tropical de este satélite podría existir un conjunto de pequeños lagos y pantanos de hidrocarburos líquidos, como metano y etano, esta última publicación afirma que el océano de Titán, que según la sonda yace a unos 100 kilómetros de la superficie, probablemente sea de agua.
"El océano subterráneo tiene que ser de agua o de agua mezclada con un relativamente pequeño porcentaje de sales", asegura Less. Si el océano fuera de hidrocarburos líquidos, el hielo de la superficie se hundiría, por lo que Cassini detectaría el inmenso mar en la superficie, añadió.