El grupo de paleontólogos dirigido por Oliver Rauhut, de la Universidad de Munich (Alemania), realizaba excavaciones en el yacimiento de piedra caliza Rigol en el territorio de Baviera. Precisamente en esta zona Rauhut y sus colegas descubrieron los restos de un dinosaurio relativamente pequeño de la familia de megalosaurios. Se trata de un depredador bípedo que vivió en el territorio de la Europa moderna en el Período Jurásico medio.
Como señalan los investigadores, los restos encontrados pertenecían a un megalosaurio recién nacido de un huevo. La cabeza grande, las grandes cuencas de los ojos, los pequeños pies, y la ausencia de articulaciones rígidas del cráneo evidencian esta suposición de los científicos.
Los paleontólogos estudiaron cuidadosamente el esqueleto del dinosaurio y encontraron que una parte del cuerpo del animal estaba cubierta de plumas. Según indican, las plumas del megalosaurio se parecían más al pelo de los mamíferos modernos que a las plumas de las aves.
El grupo de paleontólogos de Rauhut bautizó su descubrimiento como Sciurumimus albersdoerferi. El nombre genérico del dinosaurio proviene de la palabra latina Sciurus y la palabra griega Mimos, cuya combinación se traduce como "parecido a ardilla". Como explican los científicos, este nombre se asocia con un manto de plumas del animal: al parecer, este dinosaurio tenía una cola espesa, y la parte inferior del cuerpo estaba cubierta de plumas.
Sin embargo, los investigadores no pueden decir definitivamente si los adultos de Sciurumimus albersdoerferi tenían estas plumas. Quizá los dinosaurios pequeños las tenían para calentarse, camuflarse o para otros fines, y perdían sus plumas a medida que crecían. Pero el reciente descubrimiento mostró que las plumas eran una característica común de varios grupos de dinosaurios, concluyen los científicos.