La cápsula pesa 23 toneladas y se parece a sus antecesores Mercurio y Apolo, pero es más grande y más segura en su ascenso a la órbita y regreso a la atmósfera. Fue concebida como una nave espacial de multipropósito que ayudará a los científicos a estudiar el espacio profundo.
Los especialistas de la compañía Lockheed Martin diseñaron para la NASA, el casco de aluminio de la nave y durante el próximo año y medio van a finalizar el equipamiento de la nave tripulada, instalando propulsores, pantalla térmica, instrumentos de a bordo, sistemas de electricidad, sistemas de regreso a la Tierra y otros dispositivos.
El primer vuelo de prueba sin tripulación se realizará en 2014. La cápsula será impulsada por un cohete Delta IV y dará dos vueltas a una altitud de 5,6 kilómetros de la Tierra descendiendo con paracaídas en el Océano Pacífico. Durante ese primer test, los técnicos piensan medir la resistencia del escudo térmico, el software de vuelo y la capacidad de los paracaídas.
Este vuelo será la primera salida de la NASA fuera de la órbita terrestre desde la misión de la nave Apolo 17 a la Luna en 1972. El segundo vuelo de prueba no tripulado se piensa realizar en 2017 con la ayuda del sistema de lanzamientos espaciales SLS. El tercer vuelo de prueba, ya con cuatro astronautas a bordo, está previsto para 2021. Para 2025, la NASA planea enviar astronautas a explorar un asteroide cercano a la Tierra y luego llevarlos a Marte en la década de 2030.
"A esta altura, la NASA se enfoca en el desarrollo de vehículos de nueva generación para explorar el espacio profundo. La construcción de la nave espacial Orión y el reciente vuelo exitosos de la nave comercial Dragon significan que la estrategia espacial de EE.UU. funciona", dice la subdirectora de la NASA, Lori Garver.