Se trata de una tecnología revolucionaria denominada ‘sistema de estimulación magnética transcraneal profunda’ (TMS según sus siglas en inglés) que utiliza una serie de electroimanes controlados por ordenador.
El aparato, situado sobre una zona específica del cráneo, envía señales magnéticas direccionales que atraviesan el cerebro humano y estimulan distintas zonas del cerebro.
Según los científicos, el dispositivo, que se parece a un simple secador de pelo, puede combatir numerosas enfermedades, tales como el autismo, la depresión, el mal de Alzheimer, la esclerosis múltiple, la esquizofrenia, el síndrome de Tourette, el trastorno bipolar u obsesivo-compulsivo e incluso la adicción a las drogas o a la nicotina.
El sistema ya ha sido probado con éxito en el Centro de Medicina de Harvard para niños con epilepsia. Además, en abril de este año Brainsway, la empresa israelí que ha concebido el dispositivo, informó de los resultados de las pruebas en 14 centros médicos en los EE.UU. con la participación de 233 voluntarios que padecían depresión: el 30,4% de los pacientes fueron capaces de salir del trastorno, en comparación con el 14,5% del grupo de control que no se sometió al tratamiento.