Los expertos colocaron una serie de dispositivos GPS en una manada de ovejas y en un perro de pastoreo y registraron los movimientos de los animales. Después, analizaron con operaciones matemáticas sencillas el comportamiento de cada miembro de un grupo de ovejas.
Se observó que los ovinos no trataban de escapar cuando el perro se acercaba, sino que se movían hacia el centro del rebaño para perderse en la multitud y así asegurar su supervivencia individual a costa de otros 'compañeros'.
El estudio confirma la hipótesis que los rebaños se forman como resultado de comportamientos individuales, que no son aleatorios sino por motivos egoístas. Hace cuatro décadas, el biólogo británico Bill Hamilton supuso que los individuos en un grupo avanzan hacia el centro ante una amenaza, en un intento por minimizar la posibilidad de caer en caso de ataque.
Ahora los científicos tomando el ejemplo de las ovejas comprobaron que en las manadas no existe la solidaridad, solo los intereses individuales de cada miembro que se preocupa de su propio bien.
Además, según Andrew King, uno de los impulsores de la investigación, el estudio también podría ayudar a aclarar la aparición y progresión de los comportamientos anormales asociados con un déficit cognitivo o del aparato locomotor.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Current Biology.