Hipótesis general
La teoría más probable que ha existido hasta ahora es que la Luna se originó como resultado de un tremendo impacto: un cuerpo celeste del tamaño de Marte (llamado Theia) colisionó con la joven Tierra, lo que incrementó drásticamente la temperatura de ambos cuerpos y unos fragmentos de sus sustancias fueron expulsados a la órbita, formando así nuestro satélite.Nueva versión
Andreas Reufer, del Centro Espacial de Berna (Suiza), llevó a cabo, junto con sus colegas, una serie de simulaciones por computadora que sugieren otra posibilidad: el cuerpo celeste era mucho más grande de lo que se pensaba y se trasladaba a velocidades mucho más altas. Además, el golpe no se produjo directamente contra la parte central del planeta, sino que se realizó de manera tangencial, bajo cierto ángulo.Según los científicos la nueva teoría explicaría el hecho de que en las muestras obtenidas en la Luna permanecen más sustancias terrestres que celestes: de esta manera Theia habría perdido solo una pequeña cantidad de su material y habría continuado su desplazamiento en el espacio después del choque, mientras que la mayor parte de lo que posteriormente se convirtió en la Luna habría sido liberado por la Tierra.
Los científicos subrayan que para la confirmación de esta teoría es necesario llevar a cabo un análisis mucho más detallado de las muestras lunares.