Una tasa media de cien meteoros por hora podrá ser observada desde los archipiélagos septentrionales del Océano Pacífico, Alaska, Washington, Oregón y California (EE.UU.) y el Oriente Lejano ruso. La Luna estará en fase menguante y su brillo impedirá la observación de este espectacular fenómeno astronómico. Al menos así será al caer la noche, antes de que la Luna aparezca en el horizonte.
En España y otros países europeos los mejores momentos para observar las Perseidas, aunque con una intensidad inferior, coincidirá con las noches del 11 y 12 de agosto y el brillo de la Luna sí será un obstáculo, asegura un comunicado del Instituto de Astrofísica de Canarias.
La corriente de partículas que se encienden y se desintegran tras el roce con las capas superiores de la atmósfera es parte de la cola del cometa Swift-Tuttle, que aparece cada 133 años.
Después del próximo apogeo, la lluvia estelar con foco en la constelación de Perseo se podrá apreciar cada vez más gradualmente hasta finales de agosto.