Gilloz, de 24 años, ha gastado más de 500 horas en el desarrollo de la FoldaRap y mientras otros periféricos están optimizados para una alta resolución o el tamaño de la construcción, su principal objetivo fue que la impresora sea lo más cómoda y portátil posible, ideal para, por ejemplo, crear prototipos de diseños antes de empezar su producción.
La impresión 3D no es una tecnología nueva, pero en 2006 el científico Adrian Bowyer, de la Unidersidad de Bath, inventó la impresora RepRap (Replicating Rapid Prototyper), cuya cualidad principal es su licencia de código abierto que permitió que esta tecnología pudiera ser accesible para cualquier entusiasta a la robótica.