El objeto de estudio de los científicos de la empresa biofarmacéutica ‘deCODE Genetics’ fueron las mutaciones genéticas espontáneas, es decir no heredadas de los padres, en el genoma de 78 niños con problemas de autismo y de esquizofrenia.
El equipo liderado por la investigadora Augustine Kong contabilizó una media de 60 mutaciones espontáneas ligadas a la edad del padre y solo 15 relacionadas con la edad de la madre.
Además, descubrieron que el número de errores genéticos era mayor entre los hijos de padres de más edad. “Un padre de 40 años transmite dos veces más mutaciones a su hijo que uno de 20 años”, explica Kari Stefansson, uno de los investigadores.
Las mutaciones genéticas espontáneas son uno de los motores de la evolución de las especies, pero también son las que generan desórdenes en las funciones cerebrales como el retraso intelectual, el autismo o la esquizofrenia.
Ante las conclusiones del estudio de ‘deCODE Genetics’, algunos científicos incluso ven la solución en extraer el esperma de los hombres jóvenes y congelarlo para poder utilizarlo más tarde cuando decida ser padre.