Estos insectos son unos 100 millones de años más antiguos que los restos descubiertos hasta ahora de criaturas atrapadas en resina fosilizada de árbol. Aunque ha habido casos en los que los científicos hallaron criaturas invertebradas más antiguas, fue en fósiles, mientras que los insectos atrapados en el ámbar son diferentes ya que no están comprimidos y están mejor preservados.
Los tres insectos descubiertos son una mosca, que es más pequeña que una mosca de la fruta, y dos ácaros que son tan diminutos que ni siquiera son advertidos a simple vista. El ámbar permite hacer una “comparación detallada con las especies vivientes", acentúa el director del estudio, David Grimaldi.
Sorprendentemente, a pesar de que durante estos 230 millones de años el mundo ha cambiado bastante (por ejemplo, dejó de ser un solo continente gigantesco), los ácaros antiguos y sus descendientes modernos no muestran muchas ‘divergencias’. Así, las dos especies tienen dos pares de patas. La única diferencia es que los ‘primogenitores’ tenían una boca algo distinta. Según los investigadores, su hallazgo puede contribuir a comprender mejor los procesos de evolución de la vida en la Tierra.