Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron enfermedades, factores genéticos, hábitos cotidianos y detalles de la dieta de cada una de las féminas y los compararon con los datos sobre el parto posterior. Averiguaron que las embarazadas que tomaban más de una bebida azucarada por día –fuera con azúcar natural o con un edulcorante–
tenían un riesgo elevado de dar a luz antes de la 37ª semana. Precisaron que el tipo de bebida en este caso no era importante: la tendencia era la misma para los refrescos con o sin gas y para bebidas calientes.
Los especialistas constataron, entre otras cosas, que las mujeres que consumían bebidas azucaradas en grandes cantidades tenían un índice de masa corporal más alto, solían ser fumadoras diarias, eran más jóvenes, tenían un nivel de educación más bajo y estaban solteras. Comentaron que cualquiera de estos factores podría influir en un parto prematuro y advirtieron que se necesitan más estudios.
Sin embargo, insistieron en que se puede dar por seguro que el índice de masa corporal está vinculado con la dieta durante el embarazo y recalcaron que debe evitarse tomar bebidas azucaradas a diario.