"Es muy peligroso para la Tierra, ya que en caso de que el asteroide caiga en su superficie -y va a caer a una velocidad de al menos 16 kilómetros por segundo- se desprendería una cantidad de energía comparable con la caída de miles de bombas nucleares, mientras que la atmósfera ‘se inundaría’ de polvo", sostuvo el jefe de laboratorio del Instituto Estatal de Astronomía de la Universidad Estatal de Moscú, Mikhaíl Prókhorov.
El choque, según los expertos, se produciría en una franja de 50 kilómetros, que se extendería a través de Rusia, América Central y el Atlántico, por lo que centenares de ciudades estarían en peligro de destrucción.
Pero incluso en caso de que Apophis caiga en el océano, opinan los científicos, la profundidad del cráter formado sería de tres kilómetros con un diámetro de ocho, hecho que causaría tremendas olas de tsunami que se propagarían a todas las direcciones.
Los expertos advierten: el acercamiento de Apophis, de unos 270 metros de diámetro, puede cambiar la órbita del cuerpo celeste, lo que podría conllevar la posterior colisión con la Tierra.
Actualmente, científicos espaciales de todo el mundo están elaborando diferentes proyectos para evitar la posible catástrofe. Entre las soluciones se baraja incluso el uso de armas nucleares para destruir al asteroide cuando todavía permanezca a una distancia segura del planeta.
Grandes asteroides caen a la Tierra en promedio una vez cada 100.000 años. Muy rara vez representa una amenaza real para la existencia de la vida en el planeta, tal como había pasado durante la extinción masiva de los dinosaurios hace 65 millones de años.