El primer estudio, liderado por Francisco Ortega, fue llevado a cabo por la Universidad de Carolina de Sur (EE.UU), el Departamento de Actividad Física y Deporte de la Universidad de Granada (España) y el Departamento de Biociencia y Nutrición del Instituto Karolinska (Suecia).
Los investigadores analizaron a 43.265 personas corpulentas, que participaron en el estudio desde 1979 hasta 2003. Todos ellos completaron un cuestionario, con información de su estado de salud y su estilo de vida. Además los especialistas tomaron datos de sus condiciones físicas y corporales.
Resultó que el 46% de participantes obesos eran sanos y desde un punto de vista metabólico no mostraron diferencias significativas con las personas con un peso normal.
Obesidad y enfermedades cardiovasculares
En el otro estudio de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), los especialistas estudiaron 64.436 pacientes, que habían desarrollado un síndrome coronario agudo y que se habían sometido a una angiografía coronaria entre los años 2005 y 2008. Según Oskar Angeras, el autor de la investigación, los pacientes con riesgo más bajo eran los que tenían sobrepeso."El riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares más alto lo mostraron los pacientes con un peso muy bajo y aquellos con obesidad mórbida», señaló el especialista.
Eso confirma la teoría denominada la ‘paradoja de la obesidad’, que sostiene que si una persona ha desarrollado una enfermedad cardiaca, tiene un menor riesgo de morir si tiene sobrepeso.
Los científicos indican que los médicos deben diferenciar el trato con los pacientes obesos, teniendo en cuenta su condición física y su estado metabólico para hacer una mejor estimación de su salud.