Llegaron a esta conclusión tras haber realizado un experimento con ratas. Aunque de momento se trata de modificaciones simples, consideran que, aprovechando los mecanismos de la memoria humana, podrían influir mucho más en los sueños.
Los científicos enseñaron a las ratas a encontrar comida en un laberinto usando dos señales sonoras que indicaban si había que ir a la izquierda o a la derecha y, durante el proceso, se registró la actividad de sus neuronas en el cerebro.
Al comparar la actividad cerebral en el laberinto y cuando los animales estaban dormidos, los científicos concluyeron que las ratas soñaban con lo que habían vivido durante el día. Si los investigadores emitían una de las señales sonoras, las ratas también cambiaban en sus sueños la dirección de su movimiento, recordando las partes del laberinto correspondientes, por lo que los responsables del experimento consideran que consiguieron manipular el contenido de sus experiencias oníricas.
Ahora los científicos pretenden determinar en qué medida será posible manipular, bloquear o modificar los sueños humanos.