En el transcurso de una investigación sobre los fabricantes de ordenadores chinos, los ingenieros de Microsoft compraron portátiles y descubrieron casualmente que el 20% de ellos había sido infectado ilegalmente con un virus o malware -instalado en el sistema operativo de Windows- en algún momento entre la fase final del montaje en fábrica y la compra del aparato.
"Hemos encontrado un malware capaz de encender el micrófono y la cámara de video de un equipo infectado, de tal forma que puede pasar información a los cibercriminales sobre la casa o el negocio de la víctima", dijo Richard Boscovich, abogado de la unidad digital de crímenes de Microsoft. "Además, hemos encontrado que el malware permite también a los ciberdelincuentes robar información personal".
Agentes de seguridad de Microsoft descubrieron que la mayoría de los ordenadores infectados contenía un programa de software potente y malicioso llamado Nitol. El malware, al parecer, se originó en un servidor llamado 3322.org, que en 2009 fue considerado responsable de casi una quinta parte de las transacciones ilegales del mundo.
El gigante tecnológico de EE.UU. presentó una demanda ante un Tribunal del Distrito de Virginia para bloquear el servidor, y a principios de esta semana el juez falló a su favor. En los primeros días tras los fallos judiciales, Microsoft informa que ya ha bloqueado unos 37 millones de conexiones de malware del 3322.org. No obstante, puede ocurrir que se desarrolle otro malware en su lugar.
Microsoft subraya que ninguna computadora puede estar garantizada ante la presencia de virus e indica que, debido a que EE.UU. está lleno de fabricantes de electrónica poco regulados, ello ensancha mucho el margen a la hora de cometer fraude. Así las cosas, para un cliente común resulta muy difícil detectar si un 'hacker' ya ha puesto los dedos en una computadora que acaba de salir de fábrica.