Las dudas doblan el riesgo de divorcio
“Es típico creer que es muy normal dudar antes de la boda, y por eso no hay por qué preocuparse", dice el autor de la investigación, Justin Lavner, de la Universidad de California, Los Angeles (UCLA). "Hemos descubierto que las recién casadas que dudaban antes de la boda corren un riesgo 2,5 mayor de divorciarse en los primeros cuatro años de matrimonio. Las parejas que seguían unidas cuatro años después de la boda estaban menos satisfechas con su relación”.Los investigadores analizaron a recién casadas durante los primeros meses del matrimonio, y cada seis, meses durante 4 años. Un 19% de las mujeres se divorciaron a los cuatro años. En el caso de los maridos indecisos la tasa fue del 14%. Del 36% de las parejas en las que ninguno de los cónyuges dijeron tener dudas, solo un 6 por ciento se divorció a los cuatro años.
Los niños no son la salvación
Estos resultados significan que hay que tomar las dudas de las mujeres más en serio. “No piense que sus dudas se desvanecerán o que el amor las superará. Las cosas suelen empeorar”, dice Lavner.Su colega en la investigación, Thomas Bradbury, compara la incertidumbre antes de la boda con un malestar físico. “Si usted tiene un lunar que le preocupa, lo ignorará e irá a tomar el sol o lo enseñará al doctor? No lo ignore, y la inquietud y dudas no las ignore tampoco", sostiene Bradbury. "Hable con su pareja. Las dudas no van a desaparecer cuando lleguen niños con la hipoteca”, sentencia.
Los psicólogos recalcan que ellos no aconsejan a las mujeres con dudas que no sigan con la relación. “Hable con su pareja para intentar librarse de las dudas", porque -aconseja Bradbury- "los asuntos serios hay que resolverlos antes de la boda”.