Los zapatos llevan en sus tacones un navegador GPS y una antena que mantiene la conexión con un satélite. Uno de ellos tiene un ´compás´ que apunta a la dirección necesaria, otro muestra la distancia al destino.
Ambos están conectados de modo inalámbrico.
Utilizando un programa especial, se pueden conectar a una computadora a través de un cable USB, mediante el cual se introduce una dirección y los zapatos ´dirán´ qué camino elegir.
“Pensaba en ´El Mago de Oz´ y su protagonista Dorothy, que podía chasquear sus zapatos para que ellos la llevaran a casa”, señala el autor del proyecto.
Mientras que el calzado de Wilcox apunta a una dirección y la ruta a seguir, existe otro tipo de zapatos con GPS que indican la ubicación de una persona. Ese ingenio es útil para quienes tienen Alzheimer y permite a los familiares monitorear sus desplazamientos.