Empezó a experimentar con gusanos californianos rojos cuando su primo, que enfermó de diabetes, acudió a él en busca de ayuda. En sus investigaciones médicas usó la experiencia de los curanderos de Asia Central que tratan varias dolencias con gusanos.
Oputin maceró gusanos en alcohol en grandes tarros herméticamente cerrados. Luego obtuvo una especie de ungüento que le dio a probar a su primo. “Al cabo de un par de meses, su presión arterial se estabilizó, junto son el nivel de azúcar en la sangre”, cuenta Oputin.
El curandero compró una gran cantidad de estos gusanos por los que pagó unos 20.000 rublos (unos 650 dólares estadounidenses). Está seguro de que recuperará esta inversión rápidamente, ya que posteriormente descubrió más efectos positivos del ungüento: al parecer también es capaz de curar enfermedades urológicas como prostatitis e impotencia. Para cada cliente cultiva gusanos 'personalizados' alimentándolos con el material biológico del enfermo.
Para patentar su invento, Oputin tuvo que enviar unas muestras de su medicina para que se realizara un análisis científico de la misma. Los biólogos de la provincia donde vive quedaron asombrados: sus propiedades curativas no son imaginarias. Los invertebrados de los que se extrae la sustancia contienen 35 fermentos, casi todos los que hay en el organismo humano. Ahora solo los conocidos de Oputin le compran el preparado, llamado Kapen, pero es muy probable que vaya a ampliar su producción y su comercialización.