El dinosaurio, que vivió hace unos 200 millones de años, tenía un pico corto parecido al de un loro y dos colmillos frontales además de dientes posteriores. En su estudio, Sereno admite que es "muy raro" que un herbívoro tuviera unos colmillos tan afilados. Especula con que sus funciones fueran servir como defensa y para competir con sus rivales a la hora del apareamiento.
Es probable que unas púas como las de los puercoespines recubrieran el cuerpo del dinosaurio, que pesaba menos que un gato, medía menos de 60 centímetros de largo y no llegaba a la altura del tobillo de un ser humano. "Sería una buena mascota si se le pudiera enseñar a no morder", broma Sereno en su artículo publicado en la página de Internet de la revista 'ZooKeys'.