Estos rayos son de corta duración. Aparecen repentinamente, alcanzan su auge en unos pocos días y se desvanecen algunos meses después. La explosión se produce cuando un torrente de gas almacenado se precipita de repente hacia uno de los objetos más compactos conocidos: una estrella de neutrones o un agujero negro.
Bautizado como Swift J1745-26 por las coordenadas de su posición en el cielo, el foco de rayos X se encuentra a pocos grados del centro de nuestra galaxia, hacia la constelación de Sagitario. Aunque los astrónomos no conocen la distancia exacta entre el cúmulo y la Tierra, piensan que el objeto se ubica a entre 20.000 y 30.000 años luz de nuestro planeta, en la región interna de la galaxia.