Lusy, de 6 años, es la verdadera especialista. Con sus diagnósticos infalibles ella logró sorprender a los médicos italianos invitados a las pruebas. Glenn tiene de un año y seis meses, pasó el entrenamiento 'teórico' y ahora aprende de su ‘colega’ mayor.
El método
Los perros determinan las enfermedades tras olfatear la orina de los pacientes. Para esto, el material biológico se prepara especialmente, purificándolo de algunas partículas, que pueden despistar al animal. Si la orina contiene células cancerosas, el can se sienta frente ese ejemplar. Si el 'análisis' es negativo y el líquido corresponde a la norma, el perro se queda en pie y mira fijamente a los ojos del médico que lo acompaña.
Los científicos que trabajan con ambas perras, señalan, que las células de cáncer, así como algunos virus y bacterias, tienen su olor particular, por eso pueden ser identificados por los canes. Para esos animales, que están dotados con 250 millones de sensores de olfato, no es muy difícil, distinguen las enfermedades con una precisión cercana al 90%.
Esa capacidad única de los perros se reveló hace más de 20 años, pero ahora se hace más y más popular, dado que los animales y los médicos han elaborado 'un idioma común' para luchar contra las enfermedades graves.