La hipótesis de la simulación ha venido cobrando fuerza desde hace ya varios años y sugiere que una civilización muy avanzada puede crear una detallada simulación por ordenador de otra civilización, que podría ser la nuestra, generando todo lo que tenemos a nuestro alrededor. Según esta hipótesis, dicha civilización también habría fijado las reglas del juego según las cuales el mundo creado debe evolucionar.
Aunque este concepto ha sido criticado por muchos filósofos, este grupo de físicos ha decidido tomarlo como punto de partida y sus primeros pasos han sido publicados en la página científica arXiv.org.
Universo simulado
Silas Beane, de la Universidad de Bonn, en Alemania, sostiene junto con sus colegas que una simulación del universo, al margen de cuál sea su complejidad, podría tener limitaciones que podrían ser reveladas.
“Todo lo que tenemos que hacer para identificar cuáles son estas limitaciones es construir nuestra propia simulación del universo”, sostiene Beane. Y esto es precisamente lo que los investigadores están tratando de hacer a una escala increíblemente diminuta.
Matemáticamente, es bastante difícil operar a una escala extremadamente pequeña y a pesar de que utilizan las computadoras más potentes del mundo, los físicos sólo han logrado simular regiones diminutas del espacio en la escala femto (unidad de longitud que equivale a una milbillónesima parte del metro).
Red numérica
Los científicos sugieren que si el mundo que nos rodea es el modelo de un superordenador del futuro, entonces el cálculo y la creación de la realidad deben estar construidos sobre la base de la cromodinámica cuántica en una red numérica. Es decir que si el cosmos es una simulación numérica, debería haber pistas en el espectro de los rayos cósmicos de alta energía.
No obstante, un problema que destaca el Profesor Beane es que el universo simulado podría estar construido de una manera totalmente diferente a como ellos lo han previsto.