A pesar de que las cataratas pueden ser operadas, los autores de la investigación recuerdan que "es más fácil prevenir que curar", y afirman que la revelación de los factores de riesgo puede reducir la posibilidad de infección.
En el experimento participaron voluntarios de África, Asia, Australia, Europa y Norteamérica. Los investigadores tomaron en consideración los resultados obtenidos por sus antecesores en esta materia.
La conclusión principal a la que han llegado los científicos es que los fumadores corren un riesgo más alto
de padecer cataratas de dos tipos, ambos peligrosos y que pueden provocar la pérdida de la vista. Los expertos insisten en la necesidad de seguir investigando la influencia que tiene la nicotina en los ojos.