El éxito científico es el resultado de una investigación del Centro Anna Maria Astori de Bergamo (norte de Italia), que dio a conocer su logro en el 'Journal of the American Society of Nephrology'.
"Fuimos los primeros en lograrlo, pero, desde luego, no los primeros en intentarlo", subraya Giuseppe Remuzzi, director de investigaciones del instituto.
"Tuvimos el mérito de intuir que el crecimiento del tejido puede generarse en probeta sólo hasta cierto punto, después de lo cual hace falta un 'anfitrión' viviente. Hará falta tiempo para pasar de los nefrones al riñón trasplantable en el hombre, pero este era el paso más difícil", explicó.
Los investigadores, encabezados por Christodoulos Xinaris, partieron de células renales de embriones de ratón, que hicieron crecer en probeta.
El siguiente paso, que ya está en marcha, prevé la inclusión en el experimento de células humanas, según explica Xinaris: "Las células de partida no son madres, sino células de riñones inmaduros que, por lo tanto, ya saben qué deben hacer".
"Gracias a esta técnica, el próximo paso, en el que ya estamos trabajando, serán los llamados tejidos quiméricos: utilizando las células embrionarias podemos enseñar a otras células de la médula ósea tomadas de un paciente a transformarse en nefrones", precisó.
"Una vez obtenido el tejido que necesitamos, podemos quitar la parte animal, obteniendo un órgano que funciona, trasplantable al paciente", concluyó.
Para cuando el procedimiento para la creación en laboratorio de riñones esté listo, los expertos consideran que el método podrá extenderse a otros órganos, como está sucediendo en Estados Unidos en el caso del páncreas.