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El Pearl River Tower, el rascacielos menos contaminante del mundo

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La ciudad de Guangzhou, la más contaminada de China, marcará en un breve espacio de tiempo un hito ecológico con la inauguración del rascacielos Pearl River Tower, el edificio más eficiente del mundo, desde el punto de vista del consumo energético el cual será "0”.
El Pearl River Tower, el rascacielos menos contaminante del mundo

La ciudad de Guangzhou, la más contaminada de China, marcará en un breve espacio de tiempo un hito ecológico con la inauguración del rascacielos Pearl River Tower, el edificio más eficiente del mundo, desde el punto de vista del consumo energético el cual será "0”.

El rascacielos está siendo levantado por la compañía estatal China Nacional Tobacco Co, ejemplo de las nuevas tendencias empresariales auspiciadas por los “nuevos aires” de la República Popular, donde las grandes corporaciones comandadas por los sectores emergentes, en este caso la tabacalera y las aseguradoras, encuentran nuevos horizontes empresariales.

Un modelo que repite otros ya establecidos en otros países con resultados tan preocupantes como los ocurridos en España, compañías importantes que diversificaban sus negocios atraídas por la construcción gracias a la red de contactos empresariales y políticos que proporcionaba, apoyada por una cómoda financiación bancaria y con el objetivo final de conseguir réditos económicos a corto plazo.

Sólo que en el caso chino han introducido varias evoluciones como que las empresas apuestan desde el inicio por una modalidad más “ventajosa”, como es el alquiler.

Pero en este nuevo modelo productivo también hay alternativas que saben conjugar algo tan dispar como el ladrillo y el cemento con el medio ambiente.

A la carrera promotora se le ha unido otra bien distinta como es la I+D+I (Investigación, Desarrollo e iInovación), un reflejo del interés por parte de China, de superar a Estados Unidos en lo que se refiere al desarrollo y las nuevas tecnologías aplicadas a la vida diaria. De ahí la apuesta decidida a largo plazo por las denominadas “ecológicas”.

El Pearl River Tower es una clara muestra de ello, posee cuatro turbinas eólicas, paneles solares que junto con el vidrio de doble capa, retienen el calor procedente de los rayos del sol para después integrarlo en el sistema de calefacción, un referente de consumo de “energía 0”.

La construcción del rascacielos ha sido respaldada por las autoridades locales de Guangzhou, claro síntoma de la creencia que los proyectos “verdes”, reciben más apoyo institucional.

Un proyecto que a primera vista podría parecer irreal por la búsqueda, aparente, de apoyo interesado. Pero como aseguran los socios del vasto edificio, China Nacional Tobacco, está cumpliendo con su compromiso, el cual mantiene un gran coste de producción y según se ha calculado, deberán pasar al menos cinco años para que empiece a generar beneficios económicos, eso sí la ciudad ya se habrá beneficiado medioambientalmente de tal edificación, desde su puesta en funcionamiento  a lo largo del presente año.

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