El pasado 11 de febrero, por primera vez en la historia, un misil fue destruido en vuelo mediante un rayo láser lanzado desde un Boeing 747-400F también en pleno vuelo, informó el Departamento de Defensa de los EE.UU. Las pruebas fueron efectuadas por la Agencia de Defensa Antimisiles norteamericana (MDA, por sus siglas en inglés).
Según un comunicado de la Agencia, el ensayo fue realizado en la base Point Mugu, del Centro de Pruebas Naval y Aéreo de EE.UU., en la zona de la costa central de California, como parte de un ambicioso programa. Esta es la segunda prueba de un láser militar montado sobre una nave áerea.
El misil de combustible líquido fue lanzado desde una plataforma marítima móvil, el equipo láser detectó el misil en pocos segundos y utilizó un rayo de baja potencia para medir la influencia atmosférica sobre la precisión del impacto. Después, el equipo láser lanzó un rayo superpotente contra el misil, calentándolo hasta una temperatura crítica y provocándole daños estructurales severos. Toda la operación de detección, puntería y destrucción del blanco ocupó menos de dos minutos.
Casi una hora después, desde la isla de San Nicolas, a unos 100 kilómetros de Point Mugu, fue lanzado otro misil de alcance medio, esta vez de combustible sólido, blanco que también fue destruido.
El desarrollo del láser militar con base aérea está a cargo del consorcio formado por tres empresas: Boeing, Northrop Grumman y Lockheed Martin, siendo Boeing la encargada de construir el B747-400F, versión de B747, un avión adaptado para el uso de este equipo. Northrop Grumman desarrolla el equipo láser, mientras que Lockheed Martin diseña los sistemas de puntería de la nueva arma.
El láser está diseñado para funcionar a altitudes muy grandes (aproximadamente 12.000 metros) y puede destruir misiles balísticos en el campo de batalla cuando éstos aún se encuentren en su fase de lanzamiento.
Entretanto Boeing construye también su propio láser de combate con base en tierra, llamado Laser Avenger. El sistema será instalado en el vehículo militar Humvee. La empresa Boeing ya ha realizado varias pruebas de capacidad para destruir minas y batir objetivos estacionarios y aviones no tripulados a distintas alturas.
“El uso revolucionario de energía directa es interesante para la defensa antimisiles, por su capacidad potencial de atacar objetivos múltiples a la velocidad de la luz con un alcance de cientos de kilómetros y con un bajo costo respecto al de otros sistemas”, señala el comunicado del Pentágono.