Ha pasado ya algún tiempo “de reflexión” después de la celebración en diciembre 2009 de la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático en la capital danesa, y se vuelven a escuchar comentarios y críticas sobre los resultados de la cumbre, organizada por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) con la meta de preparar futuros objetivos para reemplazar los marcados en el Protocolo de Kioto, que termina en 2012.
Hoy, el 23 de febrero, Naciones Unidas ha anunciado que los compromisos de reducción de emisiones adoptados en la Conferencia de Copenhague por 60 países “no son suficientes”, basándose en un informe elaborado por el Programa Medioambiental de la ONU (UNEP), que fue publicado en la conferencia ministerial de seguimiento del acuerdo sobre calentamiento global celebrado esta semana en Indonesia, comunica EFE.
Achim Steiner, director ejecutivo del UNEP, quien se mostró moderadamente optimista, destacó que ahora no es el tiempo adecuado para dormirse en los laureles pensando que el trabajo inicial ya está cumplido e instó tanto a los gobiernos de países industrializados, como a los en vías de desarrollo a ser “mucho más ambiciosos” en sus programas medioambientales y económicos. Durante la cumbre de Copenhague varios de los máximos dirigentes ya habían expresado su desilusión con el modesto texto del acuerdo no vinculante, e insistieron que éste representaba únicamente una base para negociaciones posteriores más eficientes.
Según los organizadores (la Unión Europea), el objetivo inicial de la cumbre era conseguir un acuerdo legalmente exigible, pero al final sólo se consiguió que Estados Unidos y las economías emergentes ofrecieran un proyecto de reducir las emisiones para que el aumento de la temperatura no sobrepase los 2 °C, eso sí, sin un plan claro sobre cómo llevar a cabo esta meta. El documento presentado por el UNEP estima que a pesar de que todos los países cumplan sus compromisos, seguirá habiendo un exceso de hasta 8,8 gigatoneladas de CO2 equivalente al año, con lo que habría solamente un 50% de posibilidades de que el aumento de las temperaturas, se mantenga por debajo del propuesto techo térmico.
“El acuerdo de Copenhague es un paso significativo en la dirección adecuada, pero que nadie dé por sentado que este movimiento es suficiente”, aseguró Steiner, señalando que hay más países que deberían comprometerse a limitar sus emisiones, luchar contra la deforestación y difundir tecnologías “verdes” para evitar muchas de las consecuencias peores del cambio climático que podríamos sufrir, si no se toman medidas urgentes.