El equipo de investigadores estadounidenses está utilizado una tecnología ya conocida, que fue inventada en Los Alamos en 1963 y está basada en el uso de caloductos como disipadores de calor.
Los caloductos enfrían el reactor y distribuyen el calor obtenido a través de la fisión entre ocho motores Stirling. Dichos motores convierten el calor en energía eléctrica.
Utilizando estos dos componentes, los investigadores aseguran que podrán desarrollar un sistema “seguro, fiable y eficiente” que será aplicado en los vuelos espaciales.
El generador necesitaría para las reacciones de fisión unos 23 kilos de uranio enriquecido. Se espera que el generador pueda producir aproximadamente 500W de potencia eléctrica.