El agujero fue detectado por un equipo de la Universidad de Texas, EE.UU., con ayuda del telescopio Hobby-Eberly. Se encuentra en el centro de la galaxia NGC 1277, en la constelación de Perseo, a 220 millones de años luz de la Tierra.
"Es uno de los agujeros negros más grandes que se ha observado hasta ahora y cientos de veces mayor de lo que estimábamos habitual para una galaxia de este tamaño", afirmó el astrónomo holandés Remco van den Bosch, que lidera la investigación.
El agujero constituye el 14% de la masa de su galaxia en lugar del habitual 0,1%. De este modo, la diminuta galaxia, cuya masa es sólo una décima parte de nuestra Vía Láctea, es muy especial en el universo, ya que casi toda ella es un agujero negro. Incluso podría tratarse del primer ejemplar de un nuevo tipo de sistemas de galaxias-agujero negro, señaló Karl Gebhardt de la Universidad de Texas, uno de los investigadores del proyecto.