El proyecto Kibo, llevado de manera conjunta por el Centro de Investigación para Ciencias y Tecnologías Avanzadas, la Universidad de Tokio y la empresa Robo Garage, prevé terminar el robot en febrero del próximo año.
El humanoide convivirá con la tripulación y podrá comunicarse con los astronautas a través de “acciones autónomas y operaciones remotas”. Sin embargo su principal función será transmitir información a la Tierra. De cumplirse el objetivo, representaría un gran avance tecnológico en el esfuerzo por desarrollar la comunicación entre humanos y robots.
Voceros del programa sostuvieron que en el 2013, el robot conversará “cara a cara” con el astronauta Koichi Wakata, siendo el primer experimento de este tipo en el espacio exterior.
El androide tendrá una altura aproximada de 34 centímetros y pesará alrededor de 1 kilogramo. Irá equipado con una cámara de reconocimiento facial y otra para grabar imágenes.