La iniciativa busca reducir el riesgo de dengue en el turístico Cayo Hueso y, caso de ser autorizada por la Administración de Alimentos y Medicinas, sería el primer experimento de este tipo llevado a cabo en EE.UU., lo que preocupa a los habitantes, alarmados por el riesgo que los mosquitos transgénicos podrían representar para el frágil ecosistema la zona.
El experimento que planean las autoridades de control de mosquitos y la empresa británica Oxitec consiste en la liberación de mosquitos machos -que no pican, a diferencia de las hembras- y que han sido modificados genéticamente para transmitir un defecto congénito que mataría a su descendencia antes de alcanzar la madurez. La idea es que se apareen con hembras y que sus crías mueran antes de reproducirse.
Al cabo de algunas generaciones, se extinguiría el mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti), reduciendo con ello el riesgo de dengue sin necesidad de usar pesticidas y con un gasto relativamente bajo, aseguran los autores del experimento. Las autoridades indican que los genes modificados desaparecerán del entorno una vez los mosquitos transgénicos mueran y que, precisamente por ello, no se producirán cambios en la población silvestre de estos insectos.
A pesar del optimismo de sus autores, la agente inmobiliaria Mila de Mier confesó a AP su preocupación, que comparte gran parte de la población. No en vano, su petición "Di no a los mosquitos modificados genéticamente liberados en los Cayos de la Florida" suma ya más de 117.000 firmas.
"Casi todos los experimentos con cultivos genéticamente modificados han acarreado secuelas no deseadas: ‘supermalezas’ más resistentes a los herbicidas o insectos modificados resistentes que conllevan daños colaterales para los ecosistemas", matizó.
Actualmente no existe vacuna para el dengue. Se creía que la enfermedad había sido erradicada en Estados Unidos hasta que surgieron 93 casos en los Cayos en 2009 y 2010.