El Pentágono, a la caza de la diarrea

DARPA, la unidad de investigación de élite del Pentágono, está elaborando una vacuna universal de varias enfermedades que afectan tanto a civiles como a militares, como gripe, malaria o diarrea.
La aspiración es la de crear una vacuna que se podría inyectar a ciudadanos estadounidenses para protegerlos de cualquier infección en el futuro.

La diarrea ha incapacitado temporalmente a un 60% de las tropas de EE.UU. al inicio de la guerra de Irak, según datos oficiales. Más de un millón de días de servicio se perdieron durante las guerras en Irak y Afganistán, “debido a diarreas severas en las fuerzas desplegadas”, informó la DARPA en un documento colgado en un sitio web federal.

“Cuando lo único que piensas todo el tiempo es en dónde encontrar el siguiente retrete, es un poco difícil concentrarse en las acciones militares”, subraya Mark Riddle, un comandante de la Marina de EE.UU. que está llevando a cabo una investigación médica militar.

 Cuando en lo único que piensas en dónde encontrar el siguiente retrete, es un poco difícil concentrarse en las acciones militares".

El proyecto de la DARPA busca crear vacunas basadas en ácidos nucleicos como el ADN, que contienen códigos genéticos, en lugar de las proteínas y virus debilitados o muertos que suelen constituir las vacunas convencionales y que tardan un largo periodo de tiempo en fabricarse.

No es necesario que la nueva vacuna funcione de una manera permanente, sino dar una protección temporal al organismo de una persona, facilitando una explosión de anticuerpos. Básicamente, el propio cuerpo debería producir la defensa, lo que será un gran progreso respecto al actual sistema de cultivar vacunas de gripe en huevos de gallina y alterarlas cada temporada cuando el virus muta.

Si la tecnología funciona, podría “proporcionar protección a un adulto sano durante un periodo de tiempo apropiado para el cumplimiento de una misión militar o aplicarse a los requerimientos de la salud pública”. En primer lugar, se elabora para malaria, disentería y otras enfermedades de “alta prioridad militar”, pero “el desarrollo de cualquier sistema de inmunidad a las enfermedades infecciosas o a toxinas también se tendrá en consideración”, afirma una declaración de la DARPA.