El sismo de 8,8 grados en la escala de Richter que tuvo lugar el 27 de febrero en Chile hizo el día terrestre más corto y desplazó el eje de la Tierra.
Los cálculos, realizados a base de métodos informatizados por el laboratorio de la NASA en Pasadena, California, revelaron que el terremoto redujo la duración del día terrestre en 1,26 microsegundos y desplazó el eje de la Tierra en ocho centímetros.
Los geofísicos comentan que la energía que se libera durante un terremoto puede resultar lo suficientemente alta para modificar el momento de inercia y, en consecuencia, afectar el eje de rotación de la Tierra. El movimiento de las placas tectónicas involucradas en el sismo puede cambiar de ubicación hasta cientos de kilómetros de rocas concentrándolos en espacios muy reducidos, lo cual modifica la distribución de la masa en el planeta y cambia la velocidad con la que rota la Tierra.
Para dar una idea más clara de cómo sucede, los expertos usan una metáfora, comparando el proceso con el patinaje: "Cuando un patinador está dando vueltas, alza sus brazos y consigue ir a más y más velocidad. Es la misma idea: la tierra está girando y si cambia la distribución de la masa, cambia también el tiempo de rotación".
Este caso no fue el único. Cambios similares también fueron detectados tras el seísmo de 9,1 grados que golpeó la isla de Sumatra, en Indonesia, en 2004, y provocó el mayor tsunami del que se tiene constancia en toda la historia de humanidad. Aquella vez, el día se redujo mucho más, en 6,8 microsegundos, mientras que el eje de la Tierra se desplazó menos, en unos siete centímetros.
Según los científicos, estas diferencias se deben a que el terremoto de Sumatra se produjo más cerca del ecuador y, además, su hipocentro estaba más próximo a la superficie terrestre.
El número total de damnificados por el terremoto del 27 de febrero en Chile, alcanza los 2 millones de personas ya, con 795 víctimas mortales y unos 500 heridos de gravedad.