Los paneles solares de la nueva generación fueron creados por los investigadores de la Universidad de Pensilvania, dirigidos por el profesor Thomas Mallouk.
Además de generar electricidad, la nueva placa podrá descomponer el agua en hidrógeno y oxígeno, imitando el proceso de la fotosíntesis, aunque de momento el nuevo panel no tiene eficacia suficiente para disociar el agua por sí mismo y necesita una fuente complementaria de tensión para hacerlo.
Sin embargo, los investigadores están seguros de que estas dificultades se pueden solventar y es posible que se esté cerca de un gran invento tecnológico.
Hasta ahora los paneles fotovoltaicos funcionaban a base de materiales semiconductores.