Los dos cuerpos celestes se pueden observar con telescopios caseros o incluso sin ningún equipo especial. Júpiter se ve como un punto blanco al lado de la Luna, que parece mucho más grande.
Este fenómeno se produce sólo una vez cada 14 años y los que consigan un telescopio para su observación no quedarán decepcionados.
Con él se pueden observar las tormentas y los cinturones de nubes alrededor de Júpiter, junto con los cuatro satélites que rodean al gigantesco planeta, así como las montañas y los cráteres de la Luna. También se podrá apreciar la característica gran mancha roja de Júpiter.