El viaje transcurre en medio de grandes expectativas ya que alcanzar el cráter Gale, cerca del ecuador marciano es el objetivo de la misión de 2.500 millones de dólares. Desde el centro del cráter se eleva una cima de 4,8 kilómetros de alto con intrigantes capas de roca.
El Curiosity deberá averiguar si el sitio tuvo alguna vez las condiciones ambientales para que subsistieran microbios. Los científicos ya saben que en el pasado hubo agua gracias a que el explorador descubrió un viejo cauce. Además del agua, la vida también necesita de energía solar.
Lo que faltan son los ladrillos químicos que construyen la vida. Si estos se preservan en Marte, los científicos creen que el mejor lugar para encontrarlas es en la base del monte Sharp, donde imágenes tomadas desde el espacio revelan pistas de una interesante geología.
Durante el viaje, que durará unos nueve meses, el explorador se detendrá en diferentes puntos para examinar el suelo rocoso.
Sin embargo, antes de emprender el viaje a la montaña, el Curiosity también tendrá que realizar otras tareas como medir la atmósfera marciana, encontrar la roca perfecta para perforarla y descifrar su conformación química.