En hogares y oficinas, esta debilidad se elimina de una forma bastante sencilla: los desarrolladores pueden lanzar una versión modificada de Safari o Microsoft Word cada vez que aparece un problema, mientras que los sistemas antivirus y de detección de intrusos pueden atajar muchas otras amenazas. Sin embargo, la actualización del software de control de un drone implica prácticamente la recertificación de la aeronave completa. Y los programas de seguridad introducen a menudo
todo tipo de nuevas vulnerabilidades. "Los enfoques tradicionales de seguridad no van a funcionar", dijo Fisher.
Fisher encabeza un programa denominado High-Assurance Cyber Military Systems (HACMS) de cuatro años de duración y valorado en 60 millones de dólares para tratar de desarrollar una nueva forma de codificación segura y ejecutar después ese software en una serie de drones y robots terrestres.
El objetivo del HACMS es conseguir un drone robótico que ejecute solo software completamente verificado o sintetizado. Y si el proyecto funciona, como espera Fisher que ocurra, se lograría que los drones volaran por su cuenta sin ser hackeados.
Además, los científicos van a trabajar con un monitor de software o dispositivo de control totalmente verificado que puede controlar los sistemas autónomos de los drones. Si estos sistemas operan el avión robot de una forma normal, el monitor no hará nada. Pero si el avión no tripulado de repente comenzara a volar de alguna forma extraña, el monitor se hará cargo de él, tal vez pasando el control a un operador de carne y hueso.
En otras palabras, el drone no sólo se protegerá de un ataque exterior: se estará protegiendo de sí mismo.