Se trata de un cuerpo cilíndrico con una cabeza de maniquí. Dentro del cuerpo se encuentra un líquido fluorescente que es bombeado y sale por la boca del robot, imitando el vómito de una persona.
Después de la salida del líquido, los investigadores midieron el radio de distribución de sus partículas. Resultó que pueden llegar a una distancia de hasta tres metros, lo que representa un peligro real para la salud de cualquier persona en ese radio. En base a estos datos, los científicos aconsejan limpiar los recintos con pacientes de norovirus con más cuidado, usando cloro.