Tal perspectiva asusta no solo a los que lo beben, sino a quienes lo producen. El café - uno de los principales cultivos de exportación en los países tropicales- alimenta a 26 millones de los agricultores, siendo la segunda mercancía más atractiva del mundo, después del petróleo. Su facturación anual se estima en 15.000 millones de dólares. Por desgracia, este mercado depende de la planta que es muy vulnerable a los cambios climáticos.
En los países productores de café, los altibajos de temperatura y humedad hacen disminuir la cosecha y subir los precios. La industria cafetera estaría dispuesta a pagar cualquier dinero para una solución que garantice su futuro.
Hoy en día el café se cultiva en 70 países. Alrededor de dos tercios de los granos son de la variedad 'arábiga', del origen etíope. Tiene un sabor suave y delicado, por lo que los consumidores están dispuestos a pagar más dinero para disfrutar. Al mismo tiempo, la dependencia de una sola especie hace a la industria aún más vulnerable.
"El peor escenario, según nuestro análisis, es que la 'arábiga salvaje' esté en extinción para 2080", explicó el investigador del Real Jardín Botánico de Kew Gardens (Reino Unido), Justin Moat.
Búsqueda de nuevas especies
Es por eso que la organización World Coffee Research busca en los países productores a mutantes con características inusuales, así como las plantas que se cultivan a partir de semillas traídas de Etiopía después de 1960. Está previsto obtener nueva variedad de café, resistente a los cambios climáticos a inicios de la década de 2020.
Tal vez la situación se podría corregir con la selección de una nueva variedad con mejor sabor. Por lo tanto, los investigadores vuelven a zonas salvajes de África Central en busca de otros tipos genéticos adecuados.
Hay otras especies de la familia del café. Aaron Davis, del Real Jardín Botánico de Kew afirmó que en los últimos 15 años pudo descubrir 22 nuevas especies, con lo cual su número total se incrementó a 125.