Según han explicado los expertos —entre los que se encuentran investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) española y del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)— el objeto, bautizado WTS-1b, cuenta con un radio desproporcionado en relación con su masa, algo que contradice las teorías vigentes de formación de planetas.
"Es un planeta especial porque tiene un radio muy grande, dadas su masa y edad", explica el investigador de la UNED Luis Sarro Baro, quien señala que estas teorías implican que los radios de los planetas recién formados decrecen con el paso del tiempo a medida que estos radian su energía interna.
Basándose en que el exoplaneta descubierto y su estrella se formaron hace 600 millones de años, el objeto debería tener un tamaño un 20% superior al de Júpiter y no un 50%, como se observa.
Gracias al telescopio WTS-UKIRT, que emplea técnicas de fotometría infrarroja, se pudo saber además que el exoplaneta es un cuerpo gaseoso, conocido como 'Júpiter caliente', porque comparte las características del gigante de gas, pero orbita alrededor de su estrella (WTS-1) a una distancia mucho menor de la que aquel lo hace del Sol.
Otro investigador del equipo, Eduardo Martín, comentó que la importancia de este descubrimiento consiste en que el planeta "está muy hinchado, lo cual desafía los modelos convencionales de evolución planetaria y apoya la hipótesis de que este tipo de planetas puede haberse formado de una manera radicalmente diferente a los del sistema solar".