El Car-Puccino recorre las carreteras británicas
En Gran Bretaña crearon un automóvil que utiliza café molido como combustible. Los inventores del artefacto dirigen un programa científico en el canal 1 de la BBC. El objetivo principal del experimento era demostrar que no sólo los derivados del petróleo pueden servir de combustible, sino también otras sustancias orgánicas.
El automóvil es un Volkswagen Scirocco del año 1988 comprado por 400 libras esterlinas (cerca de 600 dólares). El invento recibió el nombre de “Car-Puccino”, del inglés "Car" (automóvil) y del italiano "Capuccino", un popular café con leche espumoso.
Próximamente el Car-Puccino y sus creadores iniciarán un recorrido de cerca de 330 kilómetros desde Londres hacia Manchester, donde participará en una feria de inventos científicos.
En el maletero del auto está instalado un cilindro donde el café molido seco se calienta en un quemador y produce monóxido de carbono que llega al motor por unos tubos y ahí, a través de unos filtros, hace mover el vehículo.
Para recorrer una distancia de 5 kilómetros, el car-puccino necesita alrededor de un kilo de café. Si hablamos de la cantidad del café molido que se consume, un kilómetro equivaldría a 35 tazas de café expreso.
Para cubrir la distancia entre Londres y Manchester se necesitarán cerca de 70 kilos de café. Dependiendo de la especie cafetalera esta cantidad costará desde 910 hasta 1.820 libras esterlinas (entre 1.370-2.735 dólares), es decir, costará 25 o 50 veces más que el precio de la gasolina necesaria para recorrer dicha distancia.
A cada 50 o 70 kilómetros los tripulantes tendrán que detenerse para echar café al motor y deberán también parar cada 100 kilómetros para limpiar los filtros. Por lo tanto, el viaje total les llevará unas 10 horas, a pesar de que el vehículo puede alcanzar una velocidad de 100 kilómetros por hora.
A los creadores del automóvil no les interesa el efecto económico, sino la impresión que el Car-Puccino pueda causar en el público. Según el productor de la BBC, Nick Watson, la cáscara de nueces, la basura orgánica y el aserrín también pueden ser usados como combustible.