Un helicóptero llevará a la nave hasta una altura de unos 3.600 metros, después de lo cual el Dream Chaser tendrá que regresar por su cuenta y aterrizar en el Dryden Flight Research Center (Centro Dryden de Investigación de Vuelo) de la NASA en California.
Si todo va según el plan, se llevarán a cabo algunos vuelos más para estudiar el comportamiento de la nave en vuelo, momento a partir del cual Sierra Nevada someterá a pruebas más complejas a una versión más avanzada del Dream Chaser.
El Dream Chaser ha sido concebido tanto para prestar servicios turísticos en el cosmos, como para reemplazar a los famosos Shuttle, cuyo programa fue cerrado en 2011.
El diseño del ingenio, de despegue vertical y aterrizaje horizontal, se basa en el del HL-20 desarrollado en los años 90 por la NASA. El vehículo será capaz de trasladar a siete astronautas hasta una órbita baja, a una altura de entre 200 y 300 kilómetros de la superficie terrestre.
La NASA ha invertido más de 100 millones de dólares para el desarrollo y las pruebas de la nave espacial. El gigante multinacional de la industria aeroespacial Lockheed Martin se ha unido al proyecto.