Los fabricantes, Ivan Owen de EE.UU., y Richard Van As de Sudáfrica, se conocieron cuando Van As asistió a una convención en donde descubrió una mano prostética que construyó Owen, informa el portal ‘Ars Technica’.
Van As perdió cuatro dedos en un accidente y le pidió a Owen asesoramiento y ayuda para construir su propia prótesis.
Ambos comenzaron a trabajar remotamente, Van As le enviaba los moldes de su mano a Owen y él construía los modelos en casa, señala el portal.
Luego, Van As comenzó a trabajar en una mano robótica para Liam, de 5 años, y pidió ayuda a Owen, para juntos hacerle una prótesis al niño.
La empresa Makerbot escuchó hablar del proyecto y donó dos impresoras 3D, las cuales fueron capaces de crear piezas mediante el envío de archivos CAD. En pocos días, Liam tenía un prototipo de su mano. Los fabricantes continuaron mejorando y perfeccionando el modelo.
El mes pasado, Liam recibió su mano y ya puede recoger objetos pequeños, algo que antes no podía hacer.
Van As y Owen ahora están recaudando fondos para ayudar a otras personas que han perdido los dedos y no pueden pagar los 1.000 dólares que se requieren para una prótesis de este tipo.