Descubren una babosa marina con pene "desechable"

Un grupo de científicos japoneses descubrió un tipo de babosas marinas con la asombrosa capacidad de deshacerse de su pene para luego regenerarlo nuevamente.
La especie Chromodoris reticulata tiene un comportamiento sexual complicado. Son hermafroditas, es decir, cada ejemplar tiene un aparato reproductor femenino y masculino y, según un estudio publicado en la revista 'Biology Letters' de la Royal Society británica, también tienen un pene "desechable".

Al terminar de copular, estas babosas comunes en el océano Pacífico se deshacen de su pene para recuperarlo en un plazo de 24 horas. Un comportamiento que ha sorprendido enormemente a los científicos japoneses responsables del estudio y a expertos en estos moluscos.

"No había visto algo así antes", afirma Bernard Picton, del Museo Nacional de Irlanda del Norte.

"El pene de uno encaja en la abertura femenina del otro, y el pene de este encaja en la abertura femenina del primero, si se entiende lo que quiero decir. Ambos están donando esperma, uno al otro".

Un examen más detallado de la anatomía de los animales reveló que las babosas tenían una gran parte de su pene enrollado en espiral hacia el interior de sus cuerpos, el cual luego usan para reponer la parte faltante.

A lo sumo, los animales pudieron copular tres veces sucesivas, con una separación entre cada encuentro de aproximadamente 24 horas.

Otros animales que pierden su pene


Las babosas marinas no son los únicos animales que abandonan su pene. Se sabe que las arañas tejedoras pierden sus órganos masculinos después del sexo, así como una criatura marina llamada bígaro común o caracolillo y las babosas terrestres pertenecientes al género Ariolimax.

Sin embargo, los investigadores creen que la Chromodoris reticulata es la primera criatura conocida que puede volver a hacer crecer su apéndice y ese pene desechable le da una ventaja sexual.

El equipo japonés dice que en un primer acto de la cópula, el pene puede ser usado para eliminar el esperma dejado por cualquiera de sus competidores con el que su pareja se haya apareado.

Con el primer pene y el esperma rival removido, el segundo pene puede ser usado para introducir en la babosa otra dosis de su propio esperma, asegurándose así de que sus genes son los que se transmiten.