Estos animales gigantes podrían segregar una sustancia parecida a la leche en el tracto digestivo superior, como hacen las palomas y las tórtolas, plantea Paul Else de la Universidad de Wollongong, Australia.
"A mí siempre me ha parecido que quedaba por entender cómo los dinosaurios que pesaban toneladas alimentaban a sus crías, que pesaban pocos kilos", señala Else.
"Las palomas, los pingüinos emperador y los flamencos producen sustancias parecidas a la leche en las glándulas del buche o del esófago con las que alimentan a sus crías a través de la boca", explica Else, quien supone que como las aves y los dinosaurios tienen mucho en común, podrían usar la misma estrategia de alimentación.
La 'leche' podría estar enriquecida con aditivos como anticuerpos, antioxidantes y la hormona del crecimiento, opina Else. "Son ejemplos de aditivos que se encuentran en la leche de las palomas, que permite a los pichones crecer con unos ratios fantásticos", señala el investigador, que cree que su teoría podría explicar cómo los dinosaurios crecían con mucha rapidez.
Por desgracia no hay pruebas de esta teoría ya que para comprobarla habría que examinar tejidos blandos que, naturalmente, no se han conservado. Sin embargo, Else propone prestar atención a los hadrosaurios, dinosaurios herbívoros de pico de pato.
"Los hadrosaurios criaban en manada, y los pequeños eran alimentados por sus padres. La propuesta es que en lugar de regurgitar la materia vegetal parcialmente digerida, los padres dinosaurios utilizaban la lactancia y luego pasaban a regurgitar las plantas", anota el investigador.